En Perú, más de 10 millones de personas están expuestas a metales pesados, según el Ministerio de Salud, lo que genera graves impactos en la salud y la economía de miles de familias. El nuevo estudio “Mujeres en tiempos de transición energética: aproximación a los costos de salud de la exposición a metales pesados y metaloides y del trabajo de cuidado” de Oxfam en Perú, revela que las mujeres son quienes asumen la carga más pesada de esta crisis, no solo por los efectos en su propia salud, sino también por el trabajo de cuidados que realizan sin reconocimiento ni apoyo estatal.
El estudio analiza los costos generados por la exposición a metales pesados entre 2015 y 2023, abordando tanto los gastos de bolsillo en salud como el impacto económico del trabajo de cuidados, incluyendo los salarios que las mujeres dejan de percibir por dedicarse a esta labor.
Los hallazgos muestran que las mujeres dedican hasta tres veces más tiempo que los hombres al cuidado de personas intoxicadas con metales pesados. En hogares con personas afectadas, este trabajo puede superar las 50 horas semanales, lo que profundiza la desigualdad económica y reduce sus oportunidades de empleo y educación.
Además, el impacto en la salud mental es alarmante: en Espinar, el 75 % de las mujeres expuestas sufre depresión, debido a la preocupación constante por su bienestar y el de sus familias, según Derechos Humanos Sin Fronteras.
El costo económico también es significativo. Entre 2015 y 2023, un hogar con algún miembro con enfermedad crónica gastó en promedio S/ 227 más por persona al año que aquellos sin esta carga. En términos totales, un hogar con una persona enferma gastó 2.5 veces más que uno sin afectaciones, con una brecha de S/ 960 entre ambos tipos de hogares. A 2023, este gasto había aumentado en 50 % respecto a 2015, reflejando un deterioro en la situación económica de estas familias.
A pesar de la magnitud del problema, el Estado peruano destina apenas S/ 2 por persona expuesta para la atención de salud. En 2023, solo el 10 % de la población afectada recibió algún tipo de atención médica, dejando a la mayoría en el abandono.
Conoce más en la historia de Kawsayninchis Hampiq Warmikuna (Mujeres que sanan), la primera escuela de mujeres quechuas afectadas por metales tóxicos