El Pueblo Joven Urbano Marginal de Santa Rosa en Comas fue fundado por personas migrantes que en 1959 ocuparon el territorio y reclamaron su derecho a ser parte de la ciudad, incluso, antes de que Comas fuera oficialmente un distrito de Lima. Desde ese momento, ante la ausencia del Estado, la población de Santa Rosa ha gestionado la provisión de cuidados de manera autónoma, desregulada y a partir de los propios recursos de la comunidad y de las familias.
El estudio Infraestructuras de cuidados y salud comunitaria de Santa Rosa de Comas aborda el rol de la sociedad civil organizada –y en particular, el rol de las mujeres- en la generación de infraestructuras de cuidado para atender los efectos de la pandemia en la salud comunitaria en sus comunidades a partir del caso del Comité Comunitario Anti COVID-19 de Santa Rosa en Comas, Lima (Perú).
Las infraestructuras de cuidados, entendidas como una red de recursos, servicios y sistemas que están disponibles para satisfacer las necesidades de cuidado de las personas que lo requieren, son esenciales. Una infraestructura de cuidados sólida y sostenible requiere de la participación del Estado (desde su rol de garante del derecho al cuidado), el mercado, la comunidad y las familias, de modo que todas las personas tengan acceso a servicios de cuidado de calidad y que se respeten sus derechos a ser cuidadas y a cuidar con dignidad.
En la pandemia de COVID-19, los pocos y precarios servicios públicos colapsaron y sobrecargaron aún más a las familias que, en mayor medida, ya asumían las responsabilidades y cargas de cuidados. En ese contexto, las actorías sociales existentes se organizaron, fortalecieron y asumieron un rol protagónico en la constitución de infraestructuras de cuidados desde las redes comunitarias de apoyo y gestión de cuidados para contener la situación de emergencia sanitaria que se vivía por la COVID-19.
El Comité Comunitario Anti COVID-19 de Santa Rosa de Comas ha llevado a cabo actividades orientadas a mejorar la salud física y mental, alimentación y condiciones de vida de la comunidad, convirtiéndose en una infraestructura comunitaria de cuidados que abarca apoyos económicos, materiales, emocionales y psicológicos. Para proteger la salud física de las vecinas y vecinos, el comité actuó como intermediario entre el Estado y la población local; mientras que, en materia de cuidados, la comunidad se constituyó como el pilar de la infraestructura de cuidados.
El caso de Santa Rosa da cuenta que, en contextos donde se profundizan las desigualdades y frente a los limitados servicios públicos de calidad, la población organizada termina reemplazando a las instituciones públicas. La corresponsabilidad de los cuidados requiere que el Estado asuma su rol como titular de obligaciones: debe garantizar –entre otras políticas de cuidados- la cobertura, calidad y oportunidad en la prestación de servicios públicos, incorporando un enfoque de prevención, contención y mitigación frente a emergencias.