Una única carretera de tierra en el sur de los Andes une tres de las mayores minas de cobre del Perú, junto con varias más pequeñas y numerosos proyectos en diferentes estados de desarrollo. Conocido como el “corredor minero”, este territorio se ha convertido en un epicentro de conflictos sociales y ambientales que cuestionan la sostenibilidad de la transición energética global.
El cobre, un metal esencial para las tecnologías limpias como vehículos eléctricos y paneles solares, ha visto una creciente demanda debido a los compromisos internacionales de reducir emisiones y frenar el cambio climático. Sin embargo, esta demanda tiene un alto costo para las comunidades locales, que enfrentan degradación ambiental, escasez de agua, impactos en la salud y violaciones de derechos humanos.
El conflicto en el corredor minero evidencia un desafío urgente: la transición energética no será sostenible ni efectiva sin justicia social ni un respeto profundo por los derechos ambientales. El documento de trabajo "Transición justa: El cobre para la transición energética y el corredor del sur andino" de CooperAcción, con apoyo de Oxfam en Perú, profundiza en cómo las comunidades indígenas y campesinas se encuentran en el centro de este dilema global, exigiendo no solo compensación justa, sino un cambio sistémico en la gobernanza de los minerales críticos.
Esta publicación no solo analiza el impacto de la extracción minera de cobre en el corredor sur andino del Perú, sino que ofrece una agenda mínima de propuestas para una transición justa, desde el fortalecimiento de las normas ambientales y sociales hasta la reducción del consumo excesivo de energía en los países del norte global.
Foto: Jacob Balzani Lööv