Organizaciones de productores y productoras que forman parte de la campaña Crece de Oxfam, pidieron a las autoridades seguir impulsando la construcción de un marco normativo sobre seguridad alimentaria, que introduzca el derecho a la alimentación. Solicitaron también que la voluntad política expresada en diferentes espacios de discusión, vaya de la mano con la inversión pública necesaria. “Es clave construir un programa presupuestal de seguridad alimentaria, que tenga como uno de sus ejes principales impulsar la pequeña producción, con énfasis en las mujeres. Datos del último censo agrario revelan que 692 mil mujeres conducen unidades agropecuarias en el país”, dijo Giovanna Vásquez, coordinadora de la Campaña Crece de Oxfam en Perú.
El Censo Agrario (2012) revela que las pequeñas unidades agropecuarias (hasta 5 hectáreas), representan el 81% del total. De estas unidades proviene más del 60% de los alimentos que se consumen en el país, por lo que no puede diseñarse e implementarse una estrategia de seguridad alimentaria sin impulsar y fortalecer este sector. “Sabemos que el cambio climático, los vaivenes de los precios, entre otros factores, vienen afectando a productores y productoras en todo el país, golpeando su capacidad productiva. En paralelo, seguimos discutiendo estrategias y leyes de seguridad alimentaria sin hablar de presupuestos con un enfoque claro para impulsar la productividad, resiliencia y adaptación de este sector al cambio climático”, señala Vásquez.
Estudios del Grupo Propuesta Ciudadana muestran que entre 2008 y 2012 la pequeña agricultura no ha sido un sector prioritario en el presupuesto público, pues su peso relativo en el presupuesto nacional disminuyó de 2.8% a 2.4%. Recién en 2013 esta participación se incrementa, pasando de 2.4% a 2.9%, principalmente por la creación del Fondo Mi Riego, anunciado en 2012 para financiar obras de riego en zonas en condiciones de pobreza y extrema pobreza de la sierra de nuestro país.
Pero hay señales que muestran que si bien estamos oficialmente en el Año de la Inversión para el Desarrollo Rural y la Seguridad Alimentaria, el impulso a la pequeña agricultura sigue siendo un reto pendiente. El presupuesto de Agrorural, por ejemplo, principal programa promotor de la inversión rural, muestra una tendencia hacia la baja, con un presupuesto que pasó de S/. 301 millones en 2009 a S/. 157 millones en 2012. “Esto estaría reflejando que la promoción del desarrollo agrario y rural en la sierra y selva del país, donde predominan pequeños productores/as no es una prioridad para este gobierno ni lo fue para los anteriores”, dice Epifanio Baca, investigador del Grupo Propuesta Ciudadana. De acuerdo con Baca, el plan sectorial del programa señala que la pequeña agricultura debe jugar un rol relevante en el abastecimiento de alimentos, pero al mismo tiempo se reduce su presupuesto.
Se requieren presupuestos transparentes para la pequeña agricultura
Un nuevo reporte de Oxfam denominado “De Promesas a Prioridades”[1], revela que si bien entre los años 1995 y 2010 el sector agropecuario creció en promedio un 3% anual en América Latina y el Caribe, impulsado por el liderazgo de varios países exportadores de productos agropecuarios y la diversidad de recursos naturales atractivos para la inversión, este aumento no ha beneficiado por igual a los actores que forman parte de esta actividad. Por el contrario, ha contribuido a la inseguridad alimentaria –aún 49 millones de personas se acuestan con hambre cada noche en la región-, la pobreza y el uso insostenible de los recursos naturales
La transparencia presupuestaria, condición clave para mejorar el gasto público y la calidad de vida de millones de personas está lejos de concretarse. Oxfam evalúa a 10 países de la región[2] y presenta un índice de transparencia en el gasto en la pequeña agricultura, que evidencia que ninguno de los países estudiados cumple con las condiciones óptimas de transparencia y gestión presupuestaria. Ningún país supera el 62% de las condiciones claves que se proponen en el informe.
“Sin transparencia y una adecuada gestión presupuestaria que implique procesos participativos, los pequeños/as productores/as en la región no tienen cómo incidir sobre el gasto público que los afecta. En el caso de Perú, hace falta incluir en el presupuesto la figura de Pequeña Agricultura o Agricultura Familiar y Campesina. Además, que los presupuestos sean accesibles para sus principales beneficiarios (productores y productoras). No podemos tener presupuestos accesibles solo para funcionarios o académicos. Los principales destinatarios deben poder acceder y participar en la elaboración del presupuesto”, dice Vásquez.
[1]Informe “De Promesas a Prioridades” disponible en: http://oxf.am/U7P
[2] Informe “Las cuentas no cuentas” disponible en: http://oxf.am/U7A